Muchas veces es necesario demandar a las administraciones públicas. Los procesos son duros y arduos, siempre teniendo en cuenta que los ciudadanos y administrados son los obligados a probar siempre sus peticiones frente a una Administración que tienen presunción de veracidad en todos sus actos.

Los procesos contencioso – administrativos se dividen en el Procedimiento Abreviado a razón de la materia objeto del proceso y siempre de cuantía inferior a 30.000,00 Euros y en el Procedimiento Ordinario.

En este campo tenemos casos de ejemplos como caídas en la calle, negligencias médicas, conflictos sobre caminos públicos, sanciones administrativas, responsabilidad patrimonial, resoluciones de Ayuntamientos, etc.